Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, April 11, 2012

La chambre verte (Francois Truffaut, 1978) - 6.5/10

Retrato de una obsesión, La chambre verte (el cuarto verde) es la historia de un hombre que les rinde culto a los muertos, apartándose de los vivos, y muere de ese amor.

Ficha IMDb

A partir de novelas cortas de Henry James , El altar de los muertos, La bestia en la jungla, Los amigos de los amigos, Truffaut construye une nueva historia de amor obsesivo, ese amor infinito hacia alguien que, como en L'Histoire d'Adèle H. , no responde. Porque Julien Davenne (Francois Truffaut), en su pequeña ciudad del este de Francia, dedica su vida a los muertos. En 1928, dos años después de que terminó la sangrienta primera guerra mundial, sigue habitado por el recuerdo de los combates, como lo muestran los créditos de principio, donde su cara sin afeitar y con casco de soldado, se sobrepone a imágenes azules de las trincheras.

Así mismo, la muerte de su esposa, ocurrida durante la luna de miel, tampoco lo deja. Ha convertido un cuarto del primer piso de su casa en lugar de culto. Es la habitación verde, donde solo él puede entrar.

Vive con su ama de llaves, Madame Rambaud (Jeanne Lobre) y un niño sordo mudo, Georges (Patrick Maléon). (Truffaut también actuaba en su película L'Enfant sauvage (1969) como el Profesor Itard , quien trató de educar a un niño encontrado en el bosque. De día, siempre vestido de negro, Darenne trabaja en el periódico local, donde redacta los artículos necrológicos.

Al asistir a un entierro en el cementerio, descubre una capilla abandonada y decide convertirla en lugar de cultor para todos sus amigos muertos. Invita a participar en el proyecto a Cecilia (Nathalie Baye) , una joven que conoció en la casa desubastas, cuando buscaba un añillo que le perteneció a sus esposa.

Así como la vida de Darenne está completamente concentrada sobre un solo tema, la película se encierra: la casa, las oficinas del periódico, la casa de subastas, lugar de encuentros con Cecilia, el cementerio, la capilla, son todos lugares cerrados y en penumbras. De hecho, se usó la misma casa para varios de los escenarios. Y Más de la mitad de las escenas de la película pasan de noche .

Davenne, contrariamente a Adèle, se expresa poco. Vive totalmente ajeno a los demás. Adèle, ella, escribe.

Frente a él, Cecilia encarna la vida, la necesidad del olvido. Para ella, Truffaut usa planos largos al contrario de Davenne para quien uso una sucesión de planos cortos, como para significar que Davenne no tiene el aliento suficiente para mantenerse en la vida. Los momentos sucesivos de su existencia pausada están separados por disolvencias en negro. Nunca se sabe bien cuanto tiempo pasa entre una escena y la siguiente.

Las imágenes de los créditos de principio vuelven en las fotografías que Darenne enseña a Georges, el pequeño sordo mudo: de fotos de insectos pasan a ser fotos de soldados muertos, y el niño repite las explicaciones de su tutor en sonidos inarticulados: el horror de la muerte y de la guerra no tiene palabras.

El niño, castigado por romper una placa fotográfica, huirá de noche (como el pequeño Doinel de Les 400 coups) y acabará en la estación de policía por robar un maniquí de mujer en un escaparate. Cecilia lo encontrará y lo sacará. El niño, rechazado por el poder paterno, busca a una imagen de su madre muerta, como Davenne busca revivir a su esposa.

La habitación verde es una película "clásica" de Truffaut : en ella se encuentran los temas recurrentes en la obre del cineasta. Ya hablamos del amor obsesivo hacia un ser que se escapa, el Pinsón de Adèle, la esposa, los amigos muertos de Davenne.

También tenemos la presencia de un niño: Enfant sauvage, niño "delincuente" Doinel o Georges, niño escondido bajo el escritorio en el banco de Halifax, niño del padre asesino en la Mariée était en noir, hermanito del pianista.

Igualmente están los lugares de encierro: el cuarto de Adèle, la jaula, la celda y el Centro de Observación de Doinel, la casa y la capilla de Davenne.

El altar para el objeto del culto pasa de ser dedicado a Balzac en Les 400 coups, a Pinsón en l'Histoire d’Adèle H.y adquiere con Davenne todo su esplendor: una capilla entera, con el retrato de la esposa en el centro. Pero el culto se vuelve totalmente irracional y fuera de medida porque la capilla encierra fotos de todos los que Davenne ha conocido, aunque los haya visto solamente una vez. Es una colección fuera de control. Y las dos o tres velas para Balzac o Pinsón son ahora multitud. Ahora la única forma de ponerle fin a la obsesión, de cumplir y acabar con el compromiso es que Davenne muera en su capilla. "Falta un cirio para que la figura sea completa!". El cirio es el suyo. La muerte del personaje, de agotamiento mental más que físico, es mística, casi sobrenatural, inexplicable medicamente hablando, como en las novelas románticas o góticas.

Como en las novelas de Edgar Poe, y en la literatura fantástica en general, el límite entre mundo de los vivos y mundo de los muertos, entre real e irreal, es difícil de trazar. Como en Edgar Poe, el personaje trata de mantener viva la muerta con una imagen de cera. Habla con ella, en el cuarto verde y en el cementerio. Como en una novela gótica, pasa mucho tiempo en el cementerio. Inclusive, el día que encuentra la capilla abandonada, es porque anda perdido por culpa de la bruma.

El culto de los muertos es tema recurrente en la literatura fantástica: los muertos viven entre los vivos, y los vivos pasan al otro lado. Porque el amor es tan grande que no puede acabar con la muerte del ser amado. O con su desinterés, que es muerte en vida.

Es seguramente la película la más extraña, oscura y claustrofóbica de Truffaut, probablemente una de las más personales y profundas. Pero no es la más amena. Ciertamente la más religiosa, en el sentido amplio de la palabra. La más melancólica y por ende la más gótica.

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