Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, July 2, 2012

L’adversaire (Nicole Garcia, 2002) - 8.5/10

A partir de un hecho real terrorífico, Emmanuel Carrère escribió un relato de non-ficción, al estilo Truman Capote en In cold blood, que Nicole Garcia retoma para su película. Concentrándose en el último día de su personaje y tratando de entender lo que lo llevó a matar, la realizadora construye una trama fatal, sostenida por una interpretación fascinante de Daniel Auteuil.

Ficha IMDb

En el fin de semana del 9 de enero de 1993, Jean-Claude Romand mató a su esposa, sus dos hijos ,sus padres e intentó estrangular a su amante. Pasó el domingo encerrado en su casa, antes de prenderle fuego. La dosis de pastillas que había tomado para suicidarse resultando insuficiente, fue trasladado al hospital donde quedó varios días en estado de coma, mientras vecinos y amigos descubrían poco a poco la mentira en la cual habían estado envueltos durante años. Después de una instrucción de tres años y un juicio de una semana, el quíntuple asesino fue condenado a prisión perpetua, con una pena de 25 años de seguridad: saldrá libre en 2015.

La gran sorpresa de vecinos, amigos y familiares de la esposa, fue descubrir que el prestigioso doctor había venido mintiendo durante 18 años. Nunca acabó sus estudios de medicina, nunca trabajó en el OMS en Ginebra, nunca fue amigo de Bernard Kouchner. Vivía y mantenía esposa e hijos del dinero que sus familiares le encargaban invertir en cuentas suizas, en las cuales su situación en el OMS le permitía, según él, beneficiar de rentabilidad muy interesante.

Hasta que algunos parientes empezaron a pedir su dinero. Hasta que algunos vecinos empezaran a sorprenderse que su nombre no figurara en el directorio del OMS. Hasta que su esposa empezara a encontrar incoherencias entre las versiones de los amigos y las de él sobre ciertos hechos.

La película empieza cuando ya todo está casi terminado. Esposa e hijos están muertos en sus camas en la planta alta. Pero no lo sabemos. La cámara acompaña a Romand, Faure en la película, (Daniel Auteuil) cuando entra a la casa oscura, revisa el correo y da una vuelta por la planta baja, oscurecida por las persianas bajas. Estamos en enero, en un valle cercano a la frontera con Suiza (exactamente en la pequeña ciudad donde Voltaire se compró una casa "Les délices", y que ahora se llama Ferney-Voltaire) . Hay poca luz natural. Él no prende las lámparas.

Todo el día estará ahí, con el tazón de los cereales de su hijo, roto a sus pies. Viendo en televisión la grabación de hizo a modo de confesión unos días antes, para todos, cuando se dio cuenta de que era el principio del fin y que ya no podía seguir por mucho tiempo. Una nota de suicidio que va borrando poco a poco al grabar encima programas cambiando de canal.

A partir de esta escena a la vez central y terminal, Nicole Garcia remonta hacia atrás, hasta el momento en que las dudas empiezan a instalarse, en que la seguridad de Jean-Claude empieza a tambalearse. Y la narración avanza en bucle, volviendo siempre al "domingo blanco", entre el tazón roto y el televisor, a proximidad de los cuerpos. Mostrando así que todos los actos y movimientos de los meses anteriores estaban destinados a este final ineluctable.

 
Nicole Garcia pone como seguros algunos hechos que ni Emmanuel Carrère, en su intento de empatía con Romand, ni los investigadores, ni los siquiatras, ni Romand mismo han podido dejar claros. Para ella, Faure no mata a su suegro quien le pide parte de su dinero para comprarse un Mercedes. Ella presenta la grabación del mensaje de suicidio cuando solamente se nada más supone que eso era lo que Romand quiso borrar al grabar encima durante el domingo. También presenta en varias escenas a su personaje al punto de decir la verdad. Pero siempre se le traban las palabras o surge algún improvisto y la mentira, o simplemente el silencio, es más fuerte que sus buenas intensiones. También elimina una de las mentiras mayores de Romand: el cáncer. Invención que le permite explicar a su amigo porque no se ha presentado al examen de fin de secundo año de medicina. Lo que va a desencadenar toda la vida mentirosa.

La película empieza y termina en el fin de semana mortífero y no profundiza como lo hace Carrère, en el después, en la evolución del criminal, las nuevas capas de mentira que va a sobreponer, hasta la del hombre bueno, del cristiano redimido.

La presentación del personaje es, sin embargo, fiel a la postura de Carrère quien, en su libro, nunca acusa, ni defiende. Ni siquiera explica el comportamiento del criminal. Para el escritor, este es presa de una fuerza más grande que él. Una presencia que, en cualquier momento, puede tomar posesión de nosotros. Un enemigo indomable. EL enemigo, EL mentiroso, EL adversario: Satan. No tanto como fuerza religiosa. Sino como fuerza interna que domina al ser humano. Algo inexplicable, y que sabe adaptarse a las necesidades del momento.

Daniel Auteuil esta filmado por Nicole Garcia con suma atención, con una cámara que se acerca siempre, permitiendo ver las arrugas, los ojos pequeños hundidos, la cara asimétrica, como absorta en un tic permanente.

La realizadora tiene la delicadeza de nunca enseñar los muertos. Y así de no caer en lo patético. De la muerte de la esposa, vemos los golpes con el rodillo. El ataque a la niña se ve en los pedazos de vidrio del móvil encima de la cama, en los cuales la imagen del padre se descompone. De la brutalidad hacia el niño queda solamente la caída del tazón de cereales. Impactante la escena del asesinato de la madre por un Jean-Claude que no puede levantar la mirada y dispara sin ver. Y se queda un largo momento la cabeza baja viendo a la carabina. Nunca hay violencia aparente, ni gritos, ni sangre, ni siquiera ruido.

En cambio, el ataque a la amante se muestra con detalles y colores: forcejeo en la luz de los faros del coche. Abrigo rojo. Gas lacrimógeno y paralizador. Porque en este caso no hubo muerte, ella pudo defenderse y salvarse.

A lo largo de la película, vemos a Faure en largos días vacios, en momentos de soledad, caminando en medio del personal de IMS, en este gran hall de entrada anónimo, en los estacionamientos de las autopistas, comiendo, leyendo, escuchando programas radiofónicos tontos. En un cuarto de hotel donde pasa tres días encerrados, fingiendo estar en Oslo. Muchas veces, se le ve a través de vidrios, de ventanas, como alejado de la realidad, incomunicado.

Los actores que lo rodean quedan automáticamente relegados a pesar de estar perfectamente bien en sus papeles, Francois Cluzet, como Luc, el amigo de juventud, fiel, compasivo, disponible y de buen consejo, en particular durante el affaire con la explosiva amante. Geraldine Pailhas, como la esposa, Christine, que no pregunta, que prepara las maletas para los viajes. Emmanuelle Devos como Marianne, la amante, que da a Faure la impresión de por fin vivir algo real, cuando la mezcla a sus invenciones, llevándola a viajes de ensueño, regalándole joyas caras e invitándola a restaurantes elegantes. Pero su tristeza, su seriedad, la aburren y él se ve tan patético, implorando por su amor.

Pero ninguno puede estar a la altura de este Daniel Auteuil sombrío, angustiado e angustiante, preso de la red de mentiras que ha construido para protegerse, y para proteger de sus fracasos a los demás.

No comments:

Post a Comment