Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Tuesday, July 15, 2014

The great dictator (Charles Chaplin, 1940) – 7.5/10

Esta primera película sonora de Chaplin ofrece una percepción muy aguda de lo que se estaba preparando. Es una  cinta es una comedia que habla de asuntos graves. Chaplin es a la vez director y actor, además doblemente actor, ya que interpreta los dos papeles antagónicos. El valor de decir verdades todavía poco perceptibles fue un gran riesgo. Ya no podemos ver la cinta como la vio el público de 1940. Sabemos demasiado y talvez ya no tenemos la sensibilidad para ser conmovidos por la llamada a la paz contenida en el discurso del barbero. La película no se estrenaría en Alemania hasta 1958, aunque se dice que era una de las películas predilectas que tenía Hitler en su cine particular 
 ¡No se difundió en España hasta 1976! 

Ficha IMDb

El principio de la cinta es como una primera “época”. Primera Guerra Mundial, frente de Tomania, un soldado bastante tonto (Charlie Chaplin), un verdadero Charlot, multiplica las torpezas e impide el buen desarrollo de un ataque aéreo. El tipo de cómico ahí es el mismo que en las tradicionales cintas de la época: repeticiones, movimientos  mecánicos. Pero acaba en que el tonto le salva la vida a un oficial, Schultz (Reginald Gardiner), los dos escapan en un avión pero este se estrella. El pobre soldado, del golpe, pierde la memoria, mientras los médicos anuncian que la guerra ha terminado con la derrota de Tomania.

Después de veinte años en el hospital, el pobre soldado sigue amnésico. Escapa y vuelve a su ciudad, a su vecindario y vuelve a abrir su tienda de barbero. Parece que su amnesia no afectó el recuerdo de sus jóvenes años de vida pero ignora todo de la nueva vida en Tomania, lo que le permite a Chaplin-director una visión de inocencia de un personaje que no sabe, ni entiende nada. Y nos pone como espectadores en la misma posición de su personaje: sorpresa al ver este nuevo jefe de estado, Adenoid Hynkel (Charlie Chaplin) que se mueve, habla, y mantiene una relación con el pueblo, y con sus ministros, según nuevas reglas de funcionamiento. Usa de un nuevo lenguaje gestual y de nuevas palabras. 

Como cualquier jefe de estado, es asistido por un Ministro del Interior, Garbitsch ( Henry Daniell), un Ministro de la Guerra, Herring (Billy Gilbert). Pero estos están ya muy adiestrados y sometidos. La palabra de Hynkel es fuerte, levanta el entusiasmo de la multitud, también amaestrada a reaccionar según las señales emitidas por el dictador, cual domador de animales en el circo. Los discursos no son muy comprensibles, y se transmiten con traducción simultánea, otro elemento de cómico. Porque la traducción en voz off no coincide exactamente con lo que se puede entender de la palabra del orador.

Ahí Chaplin usa de varios tipos de cómico: el exceso en las expresiones faciales y corporales de Hynkel, la creación de un idioma a sonoridades guturales, imitación del alemán. Los ministros, excesivos en su admiración, actúan según el clásico repertorio de movimientos tipo Laurel y Hardy. 

Pero esta comicidad de burlesque se ve acompañada de un cómico mucho más serio y perturbador: los personajes son una alusión abierta a la realidad del momento. La crítica se hace directa con la copia sin ambigüedad: la “doble cruz” es la esvástica nazi, Garbitsch es Joseph Göbbels, Herring es Hermann Göring. El contenido del discurso: discriminación contra los judíos, sacar a los extranjeros, anexar los países vecinos, dominar poco a poco el mundo, sembrar la guerra, eso son los temas de Hitler, que pretendía así garantizar al pueblo alemán de toda Europa una vida feliz y prospera.

Para el inocente barbero, la vida sigue en su vecindario transformado en ghetto. Tiene clientes, tiene amigos. Hasta encuentra el amor con la linda Hanna (Paulette Goddard). Schultz también volvió a encontrar su lugar y tiene ahora un alto cargo en la nueva administración, por lo que puede intervenir para suavizar la situación en el ghetto. Aunque en un momento dado los dos viejos amigos serán finalmente detenidos y llevados a un campo de concentración, del cual escaparán, disfrazados con uniformes militares. El barbero será confundido con Hynkel y deberá pronunciar un discurso en presencia del ejército y el pueblo. 

La cinta termina así, con una emotiva llamada a la paz y la tolerancia, mientras el verdadero Hynkel, que los soldados confunden con el barbero fugitivo, es arrestado. Como en un cuento, los malos son castigados y los buenos vivirán felices. El barbero recuperará a su Hannah, tendrán niños, etc…. 

Las escenas más recordadas de la cinta son el discurso de Hynkel frente a una asistencia numerosa y entrenada a dar las respuestas correctas en el momento correcto: gritos, aplausos, clamores. Y la famosa escena del globo terráqueo cuando el dictador juega con el mundo, en una metáfora de las intenciones  megalómanas de Hitler de dominar al planeta 

Hitler acede legalmente al poder en 1933, la Segunda Guerra Mundial  comienza el 1 de  septiembre de 1939 con la invasión alemana de Polonia .El rodaje comienza tan sólo ocho días después, el 9 de septiembre.Chaplin muestra una extraordinaria intuición, una previsión, casi una  premonición  sobre el tema. Entiende lo que se está preparando, incubando, antes que todos, y sobre todo antes que los dirigentes en Estados Unidos, que, en este momento eran aliados de Alemania. 

Realiza su película con una mezcla de cómico y parodias que se pueden considerar como fáciles, con una traducción nada sutil de los hechos y personajes reales. Pero al mismo tiempo esta sátira tan abierta es prueba de un gran valor, de un compromiso que se puede calificar de político. Es de los pocos que se atreven a decir la verdad sobre lo que probablemente va a pasar. 

Pero también utiliza un tono de moralidad, tal vez ingenuo. El último discurso, diametralmente opuesto al primero es un manifiesto de fe en la bondad humana, en el progreso al servicio de la paz y la felicidad de los pueblos. Todos los medios teatrales y cinematográficos están al contrario de la primera escena: una cámara fija, cuando en el primer discurso los ángulos cambiaban sin cesar, un encuadre centrado sobre el barbero, una expresión seria, sin mímicas, una voz clara. 

A lo largo de su obra, Chaplin transporta a su espectador a través de diversas tonalidades y ambientes. Inclusive varios géneros cinematográficos: el cuento de hadas, la historia romántica, la cinta cómica “a la antigua”, el drama. En su época pudo ser vista como anticipación política, exageración futurista. Nosotros, después de saber lo que pasó después de 40, fecha de la película, ya no podemos percibirla con la mentalidad de los espectadores de la época. Ya no tenemos su inocencia. Porque sabemos que las palabras de Hynkel en su idioma inventado se han transformado y realizado en el horror más inaceptable. Y porque sabemos que el discurso del barbero es un dulce sueño. 

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